Free CursorsMyspace LayoutsMyspace Comments
Parte de mí....: El camino a seguir...

domingo, 21 de noviembre de 2010

El camino a seguir...


Hay momentos en la vida donde el tiempo se detiene por un instante…Son esos momentos que se suelen llamar “un antes y un después”….Son los que nos ponen “a prueba”, donde debemos hacer un gran encuentro con nosotros mismos, para luego seguir adelante.

En estos momentos dejamos ir situaciones o personas que han pasado por nuestras vidas, para poder continuar y dar con fe y convicción un paso adelante.

Empezamos a entender que lo que ha sucedido, no se puedo cambiar, pero que sí podemos intentar proyectarnos mejor en lo que va a venir….

Perdonarnos, perdonar, entender que hay hechos de los que somos enteramente responsables, pero hay otros de los que no tenemos ni culpa, ni cargo, y que lo único que podemos hacer con ellos es aceptar simplemente que sucedieron, que no fue nuestra voluntad y que siempre se puede sacar algo positivo.

Son esos momentos donde uno no puede (ni debe) engañarse a sí mismo…Bucear en nuestro corazón, mirar adentro, no tapar el dolor, ni los deseos, es lo que nos permitirá seguir el camino.

Un cambio de vida, de intereses, de trabajo, de lugar…Un error, un accidente, una situación que salió diferente a lo que se buscaba, un imponderable…Una persona que se va, o alguien que aparece…El amor que no fue, el “amigo” que nos desilusionó, los hijos que crecen y deciden algo distinto a lo que esperábamos…Palabras dichas a destiempo, palabras nunca expresadas, palabras que intentan manipularte, o manipular a otros, palabras vomitadas desde la bronca o el dolor….Todo esto “detiene el tiempo” para encontrarte con vos mismo, y entender que el siguiente paso es una decisión que determinará otras decisiones…

Primero, entonces, uno se encuentra con uno mismo en soledad…Pero al seguir el camino uno siempre tiene que entender que es “con otros”…Siempre hay otros…Están, los que permanecerán ahí, por más que no los hayamos elegido (compañeros de trabajo, familiares, gente que frecuentamos en nuestra vida cotidiana) y están aquellos seres queridos, que nos seguirán acompañando porque continuamos eligiéndonos mutuamente…Porque no sólo seguimos teniendo intereses en común (...si los intereses cambian en una relación, a veces, las personas se alejan lenta o bruscamente), sino que la vida nos demuestra que tenemos aquello que no cambia, sino que se reafirma en cada paso: “los valores en común”….Estas personas son las que te ayudan a comprender y comprenderte desde el verdadero amor…Son aquellos que uno siente que “van de frente”…e “ir de frente” no significa “ir al choque”..., sino es ser uno mismo, sin caretas, y en ese ser, el otro sabe y siente (y vos sabés y sentís) que “te quiero” y “te amo” no tiene que explicarse ni con palabras, ni justificativos….

Quien ante estas situaciones que la vida te ofrece, para madurar y para ser mejores personas, lo toma de una manera tal que se resiente o se vuelve desconfiado, seguirá sumergiéndose más en el dolor y la tristeza, que sólo traerá más dolor y más tristeza….Sí. Seguramente, en principio, uno lógicamente puede cerrarse un poco ante el dolor, para iniciar el proceso del encuentro con uno mismo. Pero en el momento de dar el paso adelante, y encontrarse con los demás, uno tiene que abrir las manos y el corazón para brindarse con honestidad, y así lo bueno llega, y así los ojos están abiertos para ver con claridad….Y cuando uno da lo mejor de sí mismo, esas circunstancias desfavorables que uno ni busca, ni provoca, ni espera, se superan más rápidamente, porque uno siente con el alma la paz y la tranquilidad de haber dado el corazón y lo mejor de uno: el invaluable sentimiento de sentirse una persona digna de ser amada, de ser conocida honestamente por los demás ….En cambio, cuando uno actuó mal, por suposiciones y desconfianza, o por resentimiento o revancha, se queda con la intranquilidad de cargar con su propia conciencia, sin nada que lo justifique ni ante los demás, y mucho menos ante sí mismo.

La vida te pondrá una y mil veces a prueba para que sigas eligiendo quien ser, y con quien estar…Por eso, dejá ir lo que no va con vos, sin resentimiento, y valorá, amá y cuidá a quienes te brindan su corazón…

Que en cada palabra expresada no haya dolor, que en cada gesto haya amor, y en cada corazón haya paz.

María

22/11/2010

2 comentarios:

maria salhi dijo...

hola, hermosa =)

veo q el capitulo de la "novela teen" te inspiro jaja y para bien

el cap fue emotivo y lo que escribiste me encanto. es hermoso. me hace pensar en una frase q digo siempre (aunq a veces se complica seguir el consejo) q es :
"No mires de donde vienes, sino a donde vas"

Hay q soltar esas cosas y esas personas q no estan mas en nuestro presente para darles una mejor bienvenida a las q se asoman a nuestro futuro!
Darles la espalda a la violencia, al resentimiento, al dolor y al odio, para tender los brazos hacia la paz, la esperanza, la felicidad y el amor ♥

Escribis, transmitis sentimientos y lo haces maravillosamente bien asiq espero leerte mas seguido bombonasa =)

un abrazo y un beso enorme de la francesita q te conoce de lejos pero te quiere de muy cerca. (@lamaroqui, lo preciso por si acaso hubiera otra francesita en tu vida #NenaCelosa jajaja ;) )

MaRia dijo...

"Casi" lo mismo, pero es el OFF del Capítulo 109 de Casi Ángeles.
Para transitar algunos dolores, para poder abrirnos a ellos hay que animarse a perdonar.
Perdonar es soltar la culpa, dejarla ir. La culpa es un ancla que nos detiene.
Al perdonar, al soltar la culpa, nos soltamos nosotros. Nos permitimos avanzar.
Castigarnos una y otra vez por algo que no podemos cambiar nos detiene en el tiempo.
Hay que salirse de la huella, de esos pasos que nos llevan una y otra vez al mismo camino.
Perdonar, perdonarse, es crecer.
Hay que animarse a avanzar, a no repetir las mismas respuestas a los mismos problemas.
Nos cuesta perdonarnos y eso nos destina a quedarnos congelados en el error que cometimos. No perdonarnos es nuestra forma de castigarnos.
Perdonar es más que perdonar a otro, es entender que no somos culpables de las impotencias de los otros.
Cuando repetimos aquello que nos hace mal en realidad es nuestro interno por repararlo. Es un intento porque aquello que fue no sea.
Cuando volvemos al mismo sentimiento buscamos la chance de cambiar lo que pasó. Un imposible.
Perdonarse es soltar la culpa de existir.
Hay deseos muertos, que nos atan, nos detienen en el camino. Están los otros, los que nos empujan, los que nos abren el camino.
Los deseos muertos quieren cambiar lo que no se puede cambiar. Nos hacen mirar atrás, niegan el perdón y la posibilidad de perdonar.
Perdonar es dejar en el pasado lo que es el pasado. Es acomodar ese trauma en donde corresponde. Es reconstruir desde las ruinas. Es cerrar esa puerta. Es dejar que el tren avance. Es volver a jugar el partido. Es afirmar la propia identidad. Es animarse a ser otro. Es superar nuestros miedos. Es enfrentar nuestros miedos. Es luchar contra nuestros demonios. Es reencontrarse con uno mismo.
Perdonar y perdonarse es soltar eso que nos tiene detenidos en el tiempo, y al fin poder avanzar.

Mis afectos